Dos ilusas

Si has preguntado mi nombre,
piensa que ni yo puedo recordarlo
Porque soy esa voz que da forma al silencio
y nadie jamás supo dónde me escondo
Soy un trozo de los fragmentos que las olas de algún mar
     dejaron al romperse contra tu pecho maldito...

La fragancia del horizonte quizás me pertenezca algún día

Mis manos de dedos esbeltos se convirtieron en polvo de hadas
cuando intentaron tocarte
¿Creías que podías amarme, niña?
Ya somos dos ilusas





A lo lejos veo uno de los soles que encienden el infierno...
Sus rayos me recuerdan a ti
De nada sirvió pintarme las uñas para combinarlas
con el único beso que nos dimos al borde del acantilado
De nada pudo valer que mis labios se marchitasen
     de tanto que te deseaba
Las farolas de los callejones sin salida por los que me desvanecí
alumbran ahora el ritmo lúgubre que alegremente marcan mis pasos
                                                                                                      [...]


Si te preguntan mi nombre,
piensa que ni yo puedo recordarlo
No, mi Bella, no puedo huir contigo
porque Bestia seré para siempre

De tanto desearte sin quererlo
expiraré tras este último verso.