de mi antiguo corazón
Puede que este poema ya no resulte
en un fracaso tatuado con mi nombre
[...]
Hay, en las estrechas paredes de esta habitación,
Un espejo que me muestra mi pasado
Unas palabras malditas, vacías, punzantes
que han llegado a dibujar en mi muñeca un ocaso
Y los apellidos de la muerte en mi destino.
Tú, mi pequeña Irenita, tan adulta y tan poderosa
para mantenerte en pie
ante tu propia destrucción
Dime por qué has venido
Dime cómo has podido mantener tu alma intacta
Y el corazón tan roto
Tú que aspirabas a ser una gran diva
y a agarrar la gloria con dos simples manos
Dime,
en qué te has convertido.
Eres el polvo y la sombra de tu propia
r e s u r r e c c i ó n
Mi princesa, aunque no has querido ser princesa,
qué ha sido de tus sueños de hierro
y de tus versos de tinta incandescente
Te miras ahora arrepentida de tu cordura
a través del sucio cristal del espejo.
Ahora puedes volverte loca,
remontar el vuelo al averno
que nunca debiste haber abandonado
Mi Irenita, dura como tu fragilidad entera
Ponte ahora tu propio nombre
Y persigue a aquellos que hasta ahora
habían sido tus cazadores
[...]
Empuña tu mano y atraviesa el pecho de la realidad
Con el fuego, con el miedo y con el descaro de la tinta
Dime,
en qué te has convertido.
En cenizas, en genio, en bruja, en sueño.
En lucha.
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