Dos de mis mitades

                       

                        r e b e l i ó n

                        Deja que tu miedo

                                   Se desvanezca de tu pequeño

                                                f i r m a m e n t o

                                                           [...]

Empieza a ser quien rompa tu propia crisálida

La guerrera que toda tu vida buscaste para rescatarte

Reina azul, emperatriz por todas tus eternidades

Tu corazón debe dejar de pensar

Y empezar a invadir todos los suelos que pisas

R Ó M P E T E.

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Los aquelarres donde fuimos libres

                        Luz de la Muerte

                        No dejes que las olas del volcán

                        Sean más ardientes que tú

                        Que las palabras que en tu boca se cruzan

                        Te hagan esclava de tu verdad

                        Mécete en el cuerpo mentiroso de la Luna

                        Luz de la Muerte

                        Eres la brillante 

                                        

                                                   e s p e r a n z a

                                   de la ciudad que dormirá cien años

                        Tras pincharse con su intolerancia

                        Lucha ferozmente si nuestros caminos

                        No vuelven a cruzarse

                        Haz resucitar los aquelarres

                        Donde fuimos libres.

Esta incógnita

Manos que intentan apresarte y cambiar el brillo de tu voz cuando la alzas y vuela libre. 

Falsedad que solo vive para que la respires y sea su embriaguez la que se apodere de ti. 

Es el cielo nocturno el que se va a tragar esos muros infranqueables que te separaban de alcanzar la paz que habita en tu interior. 

Quieren que tu mente permanezca en blanco para llenarla de penas que no te corresponden.

Ahora te preguntas quién eres. Te preguntas por qué eres esta incógnita para un mundo tan vacío.

Bailas porque crees que es la única manera en la que avanzas para llegar a tu próxima victoria.

Para desenterrar de una vez tu identidad.

No dejes que te asalten y se lleven el calor de tu mirada, quémales las intenciones, sumérgete y llénales de cenizas.

Sé el mayor luto por la muerte de su poder.

Que nadie manche de menosprecio tu nombre.

                           Lunes, 24 de diciembre de 2018

                                                              Irene Castro

     

S U P E R N O V A

«He roto su desorden con mis pasos más ruidosos»
            

                 I


Por qué les duelo tanto
Por qué no quieren ver quién soy

No me acariciarían ni con una pluma
Porque con ella caída entre mis manos
Tatuaría en mis versos toda su rabia

Crecen rosas negras por donde piso
Como si fuese la primavera prematura
Que jamás había creído ser
Convertida en todo aquello que odian
Mis labios beben de la bondad más absoluta.

                     II

Más y más alas rotas que me juzgan
Cubren mi cabeza nubes demasiado poco negras
Simplemente me pongo a caminar sobre ellas
Simplemente soy esa lluvia revolucionaria
Que moja tanto que ahoga sus ideas
En un pozo de descubrimientos inauditos
He nacido en ese Averno que tanto temen
Y no creo que sean capaces de perdonarme...

Mi corazón es una sala de rayos X
Que ha querido expandirse en un Universo
Y orbita alrededor de mi voz de maremoto
Mis manos fluyen como el río más calmado
Y mis ojos se abren más ante las explosiones de luz
Que durante eones han intentado eclipsar
Soy esa eternidad que evitan a toda costa
Porque no podrían llegar a apagarme jamás.

                     III

Me deshago en la supernova más exquisita
Y estallo de forma que mis cenizas todo lo inundan
He ardido como ardirían los libros en sus cuevas
Decoradas con la más gélida indiferencia
Quemándose mis páginas, quemándose mis miedos
Siendo mi libertad el fénix resurgido entre mi cuerpo.

                       IV

No quisieron creerme cuando la oscuridad me golpeó
Puede que mañana perezca entre las olas tan poderosas
Entre el océano de mis ganas de cambiar el suelo que piso.




                                                                 10/12/2018
                                                                                Irene Castro