Luna

Los convencionalismos más arraigados se hicieron inertes
Ante tu presencia, Luna, que te llenas de sueños
Y te borras como un milagro que no encuentra su lugar
Entre tantos desperdicios que se humillan para lograr lo imposible

Quise contar hasta dos momentos con ella, Luna
Pero solo pude reunir los tres octavos de un beso
Todo por permanecer ajenas al único reproche
Que miles de voces quisieron cargar a nuestras espaldas

Tan enamorada estaba que dejé que se exprimiese de gusto
Con las tres últimas gotas de mi saliva
Me envolvió con una manta hecha con las guerras
                                           que acabamos ganando
Y juntas construimos otra realidad para vivirnos más libremente

Llevaba tanto tiempo sin dividirme en cuatro estrofas
Que me desangré por completo al verme tan hermosa, Luna
Pese a haber sido atravesada por quienes quisieron acallarnos

Es hora de volver a levantarnos y romper con los límites

Luna, tú sabes que la cruz grabada en mi espalda
Adquirió finalmente la forma de sus iniciales
Su nombre es mi único Testamento
Y nadie lloraría si yaciese entre espinas, profundamente dormida
Ante tu mirada compasiva, llena de azucenas que tratan de abrirse
Para nosotras, para seguir luchando, para desgastarnos entre ellas...

Ante tu luz superlativa, Luna
Ante tu figura, tan altiva como serena.

Mi sueño

Quiero sentirte como si todos los días fuesen el último. Ser esa barca que te ayude a cruzar el abismo como ese náufrago que no pudo conformarse con la muerte... Eres la única descarga eléctrica que consiguió hacerme tormenta.

     Qué ganas tengo de decirte cuánto deseo bailar contigo por última vez, de sentir el roce de tus labios sobre mí como esa carga con la que he sido más libre. Odio tener que pedirte que me dejes marchar cuando el amanecer se transforme en un lienzo en blanco, tal vez recordándote que sueño con que mi piel sea también tuya.

     Todo este tiempo he sido la conciencia que me frenaba, la Diosa que no quería encontrarse con ninguna otra Eva, pero que deseaba con todas sus fuerzas morder la manzana que me hiciese más real, aterrizar eternamente en tu sonrisa.

     Te haría, amor. Dejaría que tus besos me abatiesen, tatuando tu boca en la eternidad que tira de mí para ahogarme, abrazando tus rarezas y tiñendo de esperanza las tinieblas. Gritándote que las seis letras de tu nombre son un arcoíris que ha dejado caer su color más falso para volverse más bello y más duro que nunca.

Otro Universo

Quiero dejar de ser el desierto que me entierra
Encadenar la libertad, maquillar sus labios de galaxias no tan lejanas



Ella me había atrapado con sus manos de luna llena de espinas
De uñas pintadas de pérdida menguante
De corona marchita y marchitas horas

Quiero que la arena sea mi espejo más fiel
Que su tacto risueño me eleve como antes hacía

Recorrer mi propio cuerpo para disfrutarlo y temerlo
Asustarme con su belleza aterciopelada
Con ese roce que acciona para desentrañarme
Porque creo que yo ya no me conozco
                                                 [...]


Descubro que mis pechos son culpables
De que otro Universo se expanda por nuestras voces

Quizás deba dejar de creerme fuego
Y deba agradecer que su lengua haya quemado mi cautiverio.