F.E.M.M.E.

Denme una sola razón para olvidarme de escalar la montaña más alta del firmamento al que estoy destinada. Díganme que me ven sucia, que quieren dejarme sola; intenten herirme con un solo chasquido de dedos.

     Díganme que mis palabras mienten y que mi voz se ha quebrado contando verdades. Intenten golpearme y derribar todas mis esperanzas... Todo por no haber nacido como ustedes... Chist. Ahora hablo yo.

    No me quiten los ojos de encima mientras afilan su puñal más peligroso, contando dos microsegundos para hacerle lamer mi sangre indefensa. Sepan que mi sonrisa tiene cura. Vuélenme la cabeza. Corten mis alas.

       Yo era tan pura que han logrado contaminarme enseguida, tatuando en mi cuello palabras para hundirme. Porque soy un libro al que algún sabio ha titulado Mujer, y no quieren verme galopar sobre mi vida, yendo siempre en conjunto con mis principios. Creen que pueden ustedes narrar su opinión acerca de mi escote -o de su ausencia- en cada una de mis páginas en blanco.

     ¿Tanto daño les hice?

     ¿Tanto dolor? ¿Solamente por haber nacido?

     No me subestimen tanto: estoy por encima de todo eso.

     Vivo en el viento y ya he visto cómo han querido arrastrarme hacia una brisa falsa.

     Pero el problema son ustedes.

     Dejen mi libro donde estaba y respeten que solo yo escribo en él.

     Aprendan a volar, y déjenme volar.

     Asuman que soy la noche, y el amanecer de mis días.

     Intenten herirme con un solo chasquido de dedos.

     Pero me han destinado a la montaña más alta del firmamento.