domingo, 13 de marzo de 2022

arrepentida de tu cordura

Si rebusco en los restos mortales 

de mi antiguo corazón

 

Puede que este poema ya no resulte

en un fracaso tatuado con mi nombre

                                                   [...] 

 

 

Hay, en las estrechas paredes de esta habitación,

Un espejo que me muestra mi pasado

Unas palabras malditas, vacías, punzantes

que han llegado a dibujar en mi muñeca un ocaso

 

Y los apellidos de la muerte en mi destino.

 

Tú, mi pequeña Irenita, tan adulta y tan poderosa                                                                      

para mantenerte en pie 

ante tu propia destrucción

 

Dime por qué has venido

Dime cómo has podido mantener tu alma intacta

Y el corazón tan roto

Tú que aspirabas a ser una gran diva

y a agarrar la gloria con dos simples manos

Dime,

en qué te has convertido.

Eres el polvo y la sombra de tu propia

r  e  s  u  r  r  e  c  c  i  ó  n

 

Mi princesa, aunque no has querido ser princesa,

qué ha sido de tus sueños de hierro

y de tus versos de tinta incandescente

 

Te miras ahora arrepentida de tu cordura

a través del sucio cristal del espejo.

 

Ahora puedes volverte loca,

remontar el vuelo al averno

que nunca debiste haber abandonado

Mi Irenita, dura como tu fragilidad entera

 

Ponte ahora tu propio nombre

Y persigue a aquellos que hasta ahora

habían sido tus cazadores

                              [...] 

 

 

Empuña tu mano y atraviesa el pecho de la realidad

Con el fuego, con el miedo y con el descaro de la tinta

Dime, 

en qué te has convertido.

En cenizas, en genio, en bruja, en sueño.

 

En lucha. 

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