El invierno se desmayaba para soñar con reinos diferentes... Me había pegado demasiado fuerte; mi rostro quedó marcado con guerras de sombras moradas. Autoengaño y pesadilla. Naufragio. Presagios de vida eterna que de moda pasaron. Pasaron doce eternidades y el tiempo barrió el miedo que malvivía en mis caderas de terremoto. Solo un segundo más antes de que el reto se acabe. Solo un temblor más que sacuda mi mundo para volver a ser yo: eterna euforia regulada por un chasquido de dedos y los alaridos de valor que acabaron de construir mi nuevo esqueleto. Heridas de paz en los pilares de mi cuerpo en doble celo.
Solo tenía que ser yo.
Paz en las más poderosas armas.
El invierno se desmayaba para soñar con un ejército de hormigas desfilando por su brazo inerte. Capricho agónico de que la nieve no vuelva a llamarse nieve.
Me impresiona la fuerza y el vigor en cada una de las frases. En cada uno de tus versos. Enhorabuena amiga. Disfruto leyendote. Besos
ResponderEliminar¡Muchísimas gracias! He tenido suerte y recuperé la inspiración, así que me encanta que os lleguen mis escritos <3
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