Cayendo

Y sigo cayendo en un abismo que no sé si quiere tragarme o llevarme al centro del infierno. Solo quería olvidarte, pero sigo soñando tu boca, soñando con apoderarme de tu pecho cruel, con deslizarme en tus mechones de sirena para comprobar de qué manera perdiste la razón...

No puedo recordar mi nombre siquiera.

Con cada paso que doy me pregunto si aparecerás en mi camino, exhibiendo esa sonrisa que hace tanto ya... que ha desactivado mi capacidad de razonamiento. O quizás fuesen tus ojos intentando no mentirme... Pero son verdes, y no puedo fiarme de ellos.

Y sigo cayendo...

Anoche he vuelto a soñar con tu cuerpo dominando el mío, con tus uñas apuñalando mi espalda y tu lengua explorando los trapos sucios que guardo bajo la manga para usarlos contra ti. Yo, que he logrado que las golondrinas nos cantasen en invierno, creo que soy tuya, creo que agonizo, creo que te tengo...

Y levanto la vista de la taza del té que he derramado por la mesa, y me veo observando cómo me diriges esa media sonrisa que acabó con mis pensamientos. Ya no llegan las cartas de amor; sé que quieres que te hable sin quedarme muda,aunque tenga los labios desgastados por todo ese tiempo que estuve deseándote.

¿Qué pretendes? Yo solo puedo seguir cayendo y montando escenas oníricas en las que aparecemos amándonos sin saber por qué.

No digas nada.

Solo bésame hasta terminarme entera.

Que regalarte rosas ya no sirve

y sé que tú también estuviste inquieta.

Seguiré cayendo.